¡Qué onda, banda curiosa de las apuestas y los juegos! Es bien común escuchar por ahí las frases «juegos de azar» y «juegos de suerte» como si fueran lo mismo, ¿verdad? La neta es que, en el lenguaje de la calle, sí se usan casi como sinónimos. Pero si nos ponemos más estrictos, especialmente si hablamos de cómo los ve la ley o la gente que le sabe al rollo de las probabilidades, hay una pequeña diferencia que vale la pena entender.
Así que, si alguna vez te has preguntado: «¿Juegos de azar y de suerte son lo mismo, o hay un truco?», aquí te vamos a desenredar el chismecito para que no te hagas bolas y entiendas mejor este mundo. ¡Ponte trucha!
La Esencia: ¿Dónde entra la suerte y dónde el azar?
Para entender si son lo mismo, primero hay que ver qué significa cada término en el contexto de los juegos:
- Azar: Cuando decimos «azar», nos referimos a algo que es completamente aleatorio e impredecible. No hay forma de saber qué va a pasar. No depende de tus habilidades, de tu conocimiento, ni de nada. Es pura aleatoriedad matemática. Piensa en el lanzamiento de un dado o la salida de una bolita en la ruleta.
- Suerte: La «suerte» es un concepto más amplio. Es esa fuerza inexplicable que te favorece (buena suerte) o te perjudica (mala suerte) en cualquier situación, no solo en los juegos. Puedes tener suerte en el amor, en un examen, o en encontrar un billete en la calle. En el contexto de los juegos, la suerte es el resultado favorable (o desfavorable) de un evento que depende, en gran medida, del azar.
Entonces, ¿Son lo Mismo? ¡Depende de cómo lo veas!
Aquí viene la parte importante:
- En el Lenguaje Coloquial (del día a día): ¡Sí, casi lo mismo!
- La mayoría de la gente usa «juego de azar» y «juego de suerte» de forma indistinta para referirse a cualquier juego donde el resultado no depende de tu habilidad. Si ganas, fue por suerte; si pierdes, fue por mala suerte, y el juego en sí es de azar. Por ejemplo, decir que la lotería es un «juego de suerte» o un «juego de azar» es aceptado.
- En el Ámbito Legal y Técnico: ¡Hay un matiz!
- Legalmente, sobre todo en México con la Ley Federal de Juegos y Sorteos, el término que más se usa es «juego de azar». Esta ley se enfoca en que el resultado dependa «total o preponderantemente del azar» para que pueda ser regulado y necesite permisos.
- Los expertos en teoría de juegos o probabilidades también se inclinan por «juego de azar» porque se refiere a la naturaleza matemática y aleatoria del juego. La «suerte» es el resultado de esa aleatoriedad para un individuo.
¿Dónde está la pequeña (pero importante) diferencia?
La diferencia más sutil radica en que la suerte puede intervenir en juegos que no son puramente de azar, pero los juegos de azar SIEMPRE dependen de la suerte.
- Un juego de azar siempre requiere de la suerte: Si el resultado es aleatorio, necesitas «suerte» para que te favorezca.
- Pero la suerte puede influir en juegos que no son solo de azar: Por ejemplo:
- En un partido de fútbol (en el que apuestas), el resultado tiene mucho de habilidad de los jugadores, estrategia del equipo. Pero si hay un rebote raro, un resbalón o un viento inesperado, decimos que fue «mala suerte» o «buena suerte». El fútbol no es un «juego de azar» puro, pero la suerte sí interviene.
- En el póker, hay habilidad, estrategia y bluff, pero si te reparten las peores cartas una y otra vez, ¡necesitarías mucha suerte para ganar! El póker es un «juego de azar y habilidad», donde la suerte de las cartas iniciales es un factor.
Conclusión: ¡No te quiebres la cabeza, pero ten claridad!
Para la mayoría de los propósitos y conversaciones del día a día, puedes seguir usando «juegos de azar» y «juegos de suerte» como sinónimos. Ambos se refieren a actividades donde el destino del juego se decide principalmente por algo que está fuera de tu control.
Sin embargo, si te metes más a fondo en el mundo de las apuestas o quieres entender la ley, ten presente que el término «juego de azar» es el más técnico y legalmente preciso para describir la naturaleza aleatoria del juego. Y la «suerte» es esa amiga (o enemiga) que te acompaña en esos momentos de pura incertidumbre.
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